Cuantas veces no hemos puesto en el lugar de un juez, juzgando todo y a todos sin medir muchas veces nuestras palabras, sin importar que tanto daño podemos causar injustificadamente con ellas. Cuantas veces aseveramos algo con tal precisión como si hubiésemos sido testigo de ello. Pero pregunto: ¿Alguna vez te has tomado un momento en silencio en tu vida y te has juzgado tú? ¿Has puesto en una balanza todo eso que haz hecho y analizado si ha sido bueno o malo?.
¡Quizás si! ¡Quizás no! Pero nunca es tarde para hacerlo y comenzar a ser un ejemplo de vida para los demás o quien sabe si hasta para tus propios hijos si los tienes. Mostrar que podemos dejar de ser ese juez para otros y si para nosotros mismos. No se trata de ser perfectos, pero si ser justo a la hora de emitir un concepto u opinión a sabiendas que con nuestras palabras podemos hacer un bien o hacer un mal.
La vida esta hecha de momentos y cada momento bien vivido dejando una huella, vale más que mucho vividos de prisa.
Recuerda: Quien es capaz de juzgarse a si mismo, antes de juzgar a los demás, es un gran ejemplo para la humanidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario