Cuando aprendemos a amar con el alma, con el corazón, nos olvidamos de las diferencias que existen entre esa persona y uno. Ponemos todo nuestro ser en esa relación, damos por hecho que es nuestra alma gemela, esa que hemos esperado durante un tiempo. Aprendemos a aceptar sus defectos así como aceptamos sus virtudes. La hacemos parte de nuestra vida, de nuestro día a día, vamos dejando que nos toque el corazón.
Hacemos de esa persona un ser cercano, con quien podemos conversar y hasta pensar en voz alta, le damos parte de nuestro tiempo y lo convertimos en nuestro tiempo. Hay hacia ella un amor dispuesto a todo, a dar más allá de lo imaginado, a olvidarse de esas diferencias que existen. Se comienza a convertir en pequeñas cosas que son fáciles de superar.
Desde ese instante amar es comenzar a aceptar al otro tal cual es, llegando un momento a necesitar tanto de ella, que nos parece imposible vivir una vida sin estar a su lado. Un amor sublime que nos llena el alma de pasión, hasta el punto de decirle a esa persona "Te necesito"
No hay comentarios.:
Publicar un comentario