Nos dieron una vida, una bella vida, pero, a veces hay momentos en esa vida que se nos convierten en espinas que se clavan en el corazón y nos hacen sangrar. Muchas veces son fracasos en una relación o en un proyecto que teníamos, y fallo.
Nos dejamos llevar por ese dolor del momento y creemos que nuestra vida no vale nada o simplemente se nos acaba todo el entusiasmo de seguir, de luchar, de ver un nuevo día un nuevo y buen amanecer que la misma vida nos da.
¿Qué tienes que hacer para que ese dolor no te venza?
Hacer de esa cicatriz que nos queda una experiencia de vida, algo que te de la fuerza para levantarte y emprender nuevamente la lucha, salir con la ayuda de quienes están a tu lado y lo más importante apoyarte en tu dador de vida. Ese Ser Omnipotente que siempre esta a tu lado y nunca te deja.
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